“El superávit es un estado contable que surge de la licuación de salarios, jubilaciones, transferencias a las provincias y paralización de la obra pública”

Así se refirió Nicolás Dvoskin, coordinador de de la Licenciatura en Economía Política de la UNLa, en dialogo con Desde el Sur. Tras el anuncio del Gobierno de superávit primario y financiero en el mes de mayo, como quinto mes consecutivo con saldo positivo en las cuentas Dvoskin advierte que “la economía argentina todavía no está sucumbiendo en términos de la caída de la recaudación porque tenemos una economía que venía con un nivel de actividad importante, con una tasa de desempleo bajo, lo que permitió que aguante la actividad y, por ende, la recaudación”.

“Lo que tenemos acá es un superávit que es el resultado de la reducción del gasto y de algunos instrumentos específicos tributarios como es el impuesto País, que el gobierno generalizó para todo el comercio exterior en el esquema modificado del cepo que establecieron en diciembre y que explica una parte importante de ese superávit”, aclaró.

El economista, politólogo e investigador del CONICET, advirtió también que “la deuda bruta del tesoro nacional ha aumentado 50 mil millones de dólares en estos seis meses, tras el desarme de los pasivos no remunerados del Banco Central”.

“Para el ortodoxo económico el superávit es un valor en sí mismo y en el discurso del gobierno hay una relación directa entre el gasto público, emisión monetaria e inflación. Cualquiera que vea una hoja de balance del Banco Central va a saber claramente que la emisión monetaria se explica muy poco por las transferencias al Tesoro, quiere decir, que se explica muy poco por el financiamiento monetario del gasto público”, concluye Nicolás Dvoskin